lunes, 1 de febrero de 2016

Qi rebelde de estómago (Helicobacter pylori)

En la China antigua era muy común los problemas digestivos que derivan en patologías más serias, como en la actualidad. De todos los problemas que habían, existía uno en especial; "el Qi rebelde de Estómago", que estaba relacionado con uno de los Siete Demonios invasores del cuerpo humano. Hoy en día, ese "demonio" tiene nombre y apellido y sigue importunando a la salud humana. Poco ha cambiado desde entonces el conocimiento de este patógeno, pero la Medicina China sigue actuando sobre éste con la misma eficacia de hace milenios.



¿Qué es la Helicobacter pylori ?


E. pylori vista con microscopio con tinción

Helicobacter pylori, más conocido como H. pylori, es una bacteria que vive en el epitelio de nuestro estómago y duodeno, y es responsable de la infección bacteriana crónica más común y exclusiva en seres humanos. Es una bacteria en espiral (de esta característica morfológica deriva el nombre de la Helicobacter) y puede «atornillarse» literalmente por sí misma para colonizar. La H. pylori ha sido reconocido en todas la poblaciones del mundo y en individuos de todas las edades. Estimaciones conservadoras sugieren que más del 80% de la población mundial posee el estómago colonizado por dicha bacteria.



El H. pylori es una bacteria que posee la increíble capacidad de sobrevivir en uno de los ambientes más inhóspitos de nuestro organismo: el estómago, que presenta un medio extremadamente ácido, con un pH inferior a 4. La acidez del estómago es uno de los mecanismos de defensa de nuestro organismo contra las bacterias que son ingeridas con los alimentos. Pocos son los seres vivos que logran sobrevivir en un ambiente tan ácido. No obstante, el H. pylori presenta algunos «trucos» evolutivos que le permiten adaptarse a un medio tan hostil. La bacteria produce sustancias que neutralizan los ácidos, formando una especie de nube protectora a su alrededor, permitiendo que la misma se movilice dentro del estómago hasta encontrar un punto para fijarse. Además de esta protección, el H. pylori logra sobrepasar la barrera de moco que el estómago posee para protegerse de la propia acidez, adhiriéndose al moco, área debajo de la mucosa, donde la acidez es mucho menos intensa. Por lo tanto, además de producir sustancias contra la acidez, el H. pylori logra penetrar el estómago hasta partes donde el ambiente es menos agresivo.


E. pylori vista con microscopio electrónico
Es posible que se transmita por agua y alimentos contaminados, así como por contacto entre individuos, pero los investigadores no están seguros y su prevalencia es tan alta (más del 90% de la población) que no consideran útil la detección de la misma por considerarse inherente a la especie humana. Se ha reportado casos de personas tratadas con antibióticos que vuelven a contraer la bacteria, por lo que se considera tratable sólo cuando "da problemas" y no en su etapa asintomática (sin síntomas evidentes). Puede causar una larga lista de enfermedades, en caso de anidar en la mucosa, como:


  • Gastritis. 
  • Dispepsia no ulcerosa
  • Duodenitis (inflamación del duodeno). 
  • Úlcera de duodeno. 
  • Úlcera de estómago. 
  • Cáncer de estómago. 
  • Linfoma de estómago (linfoma MALT). 
  • Cáncer de estómago.
  • Síndromes Weird (asociada con el acné rosácea, el síndrome de los veteranos del golfo, el síndrome de fatiga crónica y la halitosis crónica).


También está asociado con:

  • El acné rosácea (que es una erupción cutánea de color rojo en la cara y que puede responder a la terapia).
  • En el síndrome de Veteranos del Golfo.
  • Síndrome de Fatiga Crónica (porque el bienestar y los niveles de energía se mejoran si el Helicobacter pylori es tratado).
  • Aftas bucales.
  • Pacientes con halitosis crónica; porque responden al tratamiento de Helicobacter pylori.


Síntomas del H. pylori 


Los síntomas digestivos comunes suelen ser:


  • Acidez.
  • Ardor.
  • Malestar en boca del estómago.
  • Meteorismo.
  • Flatulencia.
  • Reflujo gastroesofágico.
  • Irritación en el estómago.
  • Náuseas
  • Hinchazón abdominal.
  • Sensación de plenitud, reduciéndose el apetito aún a pesar de no haber comido, o haber comido poco.
  • Dolor o incomodidad, generalmente como quemazón en la parte superior del abdomen.
  • Vómitos.
  • Heces oscuras.
  • Anemia.


¿Cómo se diagnostica?


La Helicobacter pylori (H. pylori) es la bacteria (microbio) responsable de causar la mayoría de las úlceras duodenales y estomacales y muchos casos de inflamación del estómago (gastritis crónica).

Forma en que se realiza el examen
Hay varios métodos para analizar la infección por H. pylori.

Prueba del aliento (prueba del aliento con urea [PAU] marcada con un isótopo de carbono)

Hasta dos semanas antes del examen, usted debe dejar de tomar cualquier antibiótico, medicamentos que contengan bismuto, tales como Pepto-Bismol e inhibidores de la bomba de protones (IBP).
Durante el examen, usted traga una sustancia especial que contiene urea. La urea es un producto de desecho que el cuerpo produce a medida que descompone la proteína. La urea utilizada en este examen ha sido convertida en radiactiva, pero es inocua.
Si la H. pylori está presente, las bacterias convierten la urea en dióxido de carbono, el cual se detecta y se registra en su respiración exhalada después de 10 minutos.
Este examen puede identificar a casi todas las personas que tienen H. pylori. También se puede emplear para confirmar que la infección haya sido tratada por completo.
Exámenes de sangre

Los exámenes de sangre se usan para medir los anticuerpos contra H. pylori. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario del cuerpo cuando este detecta sustancias dañinas como las bacterias.
Los exámenes de sangre para H. pylori sólo pueden decir si el cuerpo tiene anticuerpos con esta bacteria. No pueden determinar si usted tiene una infección actual o por cuánto tiempo la ha tenido. Esto se debe a que el examen sigue siendo positivo durante años aun cuando la infección se haya curado. En consecuencia, los exámenes de sangre no se pueden usar para ver si la infección se ha curado después del tratamiento.
Examen coprológico

Un examen coprológico puede detectar rastros genéticos de la H. pylori en las heces.
Este examen se puede emplear para diagnosticar la infección y confirmar la curación después del tratamiento.
Biopsia

La manera más exacta de decir si usted tiene infección por H. pylori es una muestra de tejido, llamado biopsia, que se toma del revestimiento del estómago.
Para extraer la muestra de tejido, a usted le practican un procedimiento llamado endoscopia, el cual se realiza en el hospital.
Por lo regular, se toma una biopsia si se necesita la endoscopia por otras razones (VER VÍDEO). Las razones incluyen diagnosticar la úlcera, tratar cualquier sangrado o cerciorarse de que no haya cáncer.
Razones por las que se realiza el examen
Los exámenes se hacen con mayor frecuencia para diagnosticar la infección por H. pylori:

Endoscopia de una gastropatía crónica folicular (o nodular en antro),
relacionada con la H. pylori
Si tiene úlcera gastroduodenal actualmente.
Si tuvo úlcera gastroduodenal en el pasado y nunca le hicieron exámenes para H. pylori.
Después del tratamiento para la infección por H. pylori, para verificar que no haya más bacterias.
Los exámenes también se pueden hacer si usted necesita tomar ibuprofeno u otros AINE por largo tiempo. Su proveedor de atención médica le puede comentar más al respecto.


El examen también se puede recomendar para una afección llamada dispepsia. Esto es una molestia en la parte superior del abdomen. Los síntomas incluyen una sensación de llenura o de calor, ardor o dolor en la zona entre el ombligo y la parte inferior del esternón durante o después de comer. Los exámenes para H. pylori sin endoscopia casi siempre se hacen sólo cuando la molestia es nueva, la persona es menor de 55 años y no se presenta ningún otro síntoma.






Pruebas endoscópicas

∗1. Histología:
PROS - Excelente sensibilidad y especificidad.
CONTRAS - Costoso. Requiere tinciones especiales infraestructura y personal capacitado.

∗2. Prueba rápida de ureasa:
PROS - Barato y proporciona resultados rápidos. Especificidad excelente y muy buena sensibilidad en pacientes debidamente seleccionados.
CONTRAS - Sensibilidad se redujo significativamente en la configuración de postratamiento.

∗3. Cultivo:
PROS - Excelente especificidad. Permite la determinación de sensibilidad antibiótica.
CONTRAS - Costoso, difícil de realizar ya que requiere tejido y crece en ambiente microaerofílico y no es ampliamente disponible. Sólo marginal sensibilidad.

∗4. Reacción en cadena de polimerasa (PCR):
PROS - Excelente sensibilidad y especificidad. Permite la determinación de sensibilidad antibiótica. CONTRAS - Metodología no estandarizado a través de laboratorios y no ampliamente disponible. La tasa de error es muy alta.















Pruebas no endoscópicas

*1. Anticuerpos pruebas (cuantitativos y cualitativos):
PROS - Miden anticuerpos no antígeno, por lo que reporta contacto, no enfermedad actual, VNA barato, ampliamente disponible, muy bueno.
CONTRAS - PPV dependiente de fondo prevalencia de H. pylori. No se recomienda después del tratamiento de H. Pylori.

∗2. Pruebas de aliento de urea (13 y 14 C):
PROS - Identifica la infección activa por H. pylori, con resultados cuantitativos. Excelente PPV y VNA independientemente de la prevalencia de H. pylori. Útil antes y después del tratamiento de H. pylori.
CONTRAS - En ciertas condiciones del paciente para evitar falsos negativos.

∗3. Prueba del antígeno fecal.
PROS - Identifica la infección activa por H. pylori. Excelentes valores positivos y negativos predictivos independientemente de la prevalencia de H. pylori. Útil antes y después del tratamiento de H. pylori.
CONTRAS - Prueba monoclonal parece fiable antes y después del tratamiento antibiótico.

∗Sensibilidad de endoscópicas y no endoscópicas, todas las pruebas que identifican la infección activa por H. pylori es reducido por el uso reciente de PPI, bismuto o antibióticos; PPI = inhibidor de la bomba de protones; PPV = valor predictivo positivo; NPV = valor predictivo negativo; UBT = test de aliento de urea.



Resultados normales
Los resultados normales significan que no hay ningún signo de que usted tenga una infección por H. pylori. Lo que no significa que no posea la bacteria.

Significado de los resultados anormales
Los resultados anormales significan que usted tiene una infección por H. pylori. El médico analizará el tratamiento con usted.



Tratamiento empleado



Las pautas de tratamiento para la erradicación de la infección por E. Coli siempre es triple. Es decir, la aplicación del mismo consta de tres medicamentos diferentes. Sólo se aplicará tras un buen diagnóstico para saber que tres medicamentos recetar.






1. Opción:
  • Subsalicilato de bismuto. 2 comprimidos, 4 veces al día.
  • Metronidazol. 250 mg, 4 veces al día.
  • Tetraciclina o Helidac preenvasado. 500 mg, 4 veces al día.
2. Opción:
  • Citrato de bismuto de ranitidina. 400 mg, 2 veces al día.
  • Tetraciclina. 500 mg, 4 veces al día.
  • Claritromicina o Metronidazol. 500 mg, 2 veces al día.
3. Opción:
  • Omeprazol ó Lansoprazol. 20 mg, 2 veces al día (30 mg, 2 veces al día en el caso del Lansoprazol).
  • Claritromicina. 250 ó 500 mg, 2 veces al día.
  • Metronidazol o Prevpac preenvasado o Amoxicilina. 500 mg, 2 veces al día (1g, 2 veces al día en el caso de la Amoxicilina).
En ocasiones, sobre todo si ya ha existido la infección previamente, se aplicará un tratamiento cuádruple con:
  • Omeprazol ó Lansoprazol. 20 mg, 2 veces al día (30 mg, 2 veces al día en el caso del Lansoprazol).
  • Subsalicilato de bismuto. 2 comprimidos, 4 veces al día.
  • Metronidazol. 250 mg, 4 veces al día.
  • Tetraciclina. 500 mg, 4 veces al día.
El problema es que los efectos secundarios son tan numerosos que no se suele aplicar el tratamiento, a menos que el paciente sufra de úlcera, erosiones importantes o cáncer. 

Como ejemplo, algunos efectos adversos:

  1. Subsalicilato de bismuto: Pitidos o zumbidos en los oídos (tinnitus).
  2. Metronidazol: aumento del enrojecimiento de la piel, sequedad, ardor, irritación o escozor.
  3. Tetraciclina: malestar estomacal, diarrea, picazón en el recto o vagina, dolor en la boca, enrojecimiento de la piel (quemadura de sol), cambios en el color de la piel, cefalea intensa (dolor de cabeza intenso), visión borrosa, sarpullido (erupciones en la piel), urticaria, dificultad para respirar o tragar, coloración amarillenta de la piel o los ojos, prurito (picazón), orina de color oscura, heces de color pálido, pérdida del apetito, malestar estomacal, vómitos, dolor de estómago, cansancio extremo o debilidad, confusión, rigidez o inflamación (hinchazón) de las articulaciones, hemorragias o moretones inusuales, disminución de la necesidad de orinar, dolor o molestias en la boca, llagas en la garganta, fiebre o escalofríos.
  4. Helidac preenvasado: debilidad, diarrea, estreñimiento, orina de color oscuro, pérdida del apetito, dolor de estómago, acidez estomacal, sabor metálico en la boca, boca seca o irritada, dolor (ardor, entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies), dolor de cabeza, visión borrosa, convulsiones, mareos, dificultad para hablar, problemas de coordinación, confusión o agitación, zumbido en los oídos, comezón y/o secreción vaginal, fiebre (con tos, dolor de garganta, escalofríos u otros signos de infección), heces sanguinolentas o con aspecto de alquitrán, náuseas, vómitos, urticaria, sarpullido, comezón.
  5. Citrato de bismuto de ranitidina: Pitidos o zumbidos en los oídos (tinnitus).
  6. Claritromicina: diarrea, náusea, vómitos, dolor de estómago, acidez, gases, cambios en el paladar, dolor de cabeza, sarpullido, urticaria, comezón, hinchazón del rostro (y/o garganta, lengua, labios, ojos, manos, pies, tobillos, o parte inferior de las piernas, dificultad para respirar o tragar, ronquera, piel descamada o con ampollas, fiebre, piel u ojos amarillentos, cansancio extremo, sangrado o contusiones inusuales, falta de energía, pérdida de apetito, dolor en la parte superior derecha del estómago, orina oscura, síntomas de gripe, latidos rápidos (fuertes o irregulares), debilidad de músculos (tal como dificultad para masticar, hablar, o realizar actividades diarias), visión doble.
  7. Omeprazol: estreñimiento, gases, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, sarpullido, urticaria, comezón, inflamación de la cara (también puede ser de la garganta, la lengua, los labios, los ojos, las manos, los pies, los tobillos o las pantorrillas), dificultad para respirar o tragar, ronquera, latidos del corazón irregulares (rápidos, y/o fuertes), cansancio excesivo, mareos, sensación de mareo, espasmos musculares, temblor incontrolable de una parte del cuerpo, convulsiones, diarrea grave con heces acuosas, dolor de estómago, fiebre.
  8. Lansoprazol: estreñimiento, náuseas, dolor de cabeza, mareos, sarpullido, ampollas o descamación de la piel, urticaria, inflamación de los ojos (y/o la cara, los labios, la boca, la lengua o la garganta), dificultad para respirar o tragar, ronquera, latidos del corazón irregulares (rápidos, o fuertes), cansancio excesivo, mareos, sensación de mareo, espasmos musculares, temblor incontrolable de una parte del cuerpo, convulsiones, diarrea grave con heces acuosas, dolor de estómago, fiebre.
  9. Prevpac preenvasado: Pitidos o zumbidos en los oídos (tinnitus).
  10. Amoxicilina: sarpullido severo (erupciones en la piel), urticarias, crisis convulsivas, decoloración amarillenta de la piel u ojos, hemorragia o moretones inusuales, palidez, cansancio excesivo, falta de energía
     malestar estomacal, vómitos, diarrea.


Visión de la Helicobacter pylori desde la Medicina Tradicional China



En Medicina Tradicional China (MTC), el concepto de Qi rebelde se refiere a cuando el movimiento del propio Qi (energía) va a contracorriente, en esta ocasión se trata de Qi rebelde de Estómago.

En MTC la energía (Qi) de cada órgano tiene un movimiento fisiológico determinado, en el caso de Estómago este movimiento es descendente, entonces el Qi rebelde de Estómago es cuando se altera la función de descenso de Estómago y en vez de seguir su curso hacia abajo, se rebela y va hacia arriba. Por ejemplo, cuando comemos los alimentos bajan hacia el Estómago, ahí empieza la digestión y el bolo alimenticio sigue bajando hacia los intestinos, si el Qi de Estómago no llega a descender, este se rebela y produce un Qi patológico de ascenso en forma, por ejemplo, de náuseas, hipo, eructos, vómitos, regurgitación (sensación que vuelve a subir la comida hacia la boca)… todos ellos asociados a la dispepsia de la Medicina Occidental o Alópata.

Normalmente este síndrome suele acompañarse de Fuego de Estómago (sensación de ardor) o invasión de Frío al Estómago (retortijones).

El Qi rebelde de Estómago a menudo es debido a problemas emocionales, tales como la ansiedad, tristeza profunda (duelo) y las preocupaciones, que alteran el movimiento del Qi e impiden que el Qi de Estómago descienda y se rebele.

En consulta se trata con la aplicación de puntos de acupuntura específicos, fitoterapia y dieta terapéutica para ayudar a que el Qi recupere su movimiento y, si es necesario, apaciguar el Fuego o calentar el Frío de Estómago, así como regular la salud emocional. Todo ello ayuda a regular las funciones digestivas del estómago, su mucosa y el pH.

En casa te puedes hacer un masaje descendente con las palmas de las manos en la zona del tórax alternándolas en un movimiento hacia abajo. También muy efectivo consumir infusiones de jengibre, ya que regulan el pH del estómago y es antibiótico, sin dañar la mucosa estomacal.





También te puedes hacer masaje en el 6MC, un punto que encontramos en la parte anterior del antebrazo a tres dedos horizontales del pliegue de la muñeca, entre los dos tendones, como se ve en el dibujo. Este punto lo puedes masajear apretando y haciendo presión en círculos durante unos cinco minutos o hasta que desaparezcan las molestias.








Referencias



  1. Cover TL, Blaser MJ. Heliobacter pylori and other gastric Heliobacter species. In: Bennett JE, Dolin R, Blaser MJ, eds. 
  2. Mandell, Douglas, and Bennett's Principles and Practice of Infectious Diseases. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2015:chap 219.
  3. Morgan DR, Crowe SE. Heliobacter pylori infection. In: Feldman M, Friedman LS, Brandt LJ, eds.
  4. Sleisenger and Fordtran's Gastrointestinal and Liver Disease: Pathophysiology/Diagnosis/Management. 10th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2016:chap 51.
  5. Salwen MJ, Siddiqi HA, Gress FG, Bowne WB. Laboratory diagnosis of gastrointestinal and pancreatic disorders. In: McPherson RA, Pincus MR, eds. 
  6. Henry's Clinical Diagnosis and Management by Laboratory Methods. 22nd ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2011:chap 22.
  7. Maciocia, Giovanni. Los Fundamentos de la Medicina China. Aneid